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Uruguay : desde el Covid-19, cada uno con su mate

Mon billet sur le maté a suscité l’intérêt de mes ami-e-s de l’Uruguay. Et Milka, l’une d’elles, l’a traduit en espagnol, la langue officielle du pays. D’ailleurs RFI (Radio France Internationale) qui supporte la plateforme Mondoblog est également disponible dans cette langue.

Visité Uruguay el año pasado y allí descubrí el mate. Lo compartíamos entre amigos/as y cada uno chupaba de la bombilla cuando era su turno. Y en eso justamente estriba su esencia: el compartir. Es una tradición bien arraigada.
Con la pandemia de Covid-19, pedí noticias a mis amigos y amigas de Montevideo y Colonia Valdense. Y hablamos de este tema. Tomar mate solo, se ha convertido en la primera de las medidas de seguridad sanitaria.

Maté - Photo : Roger Mawulolo
Los accesorios : la calabaza (el mate) que contiene la yerba mate y la bombilla, y el termo – Foto : Roger Mawulolo

En Uruguay, cuando ustedes se cruzan con una persona con un pequeño recipiente de madera, o una calabaza, de la cual emerge una pajilla de metal, sepan que se trata del mate. Una mirada al recipiente, y verán que la pajilla de metal -la bombilla- está sumergida en una buena porción de hierba mojada con agua caliente. Atrapado bajo una de las axilas del bebedor, o en una mochila, está el termo, para mantener el agua a la temperatura correcta.

El mate es parte integrante de la vida uruguaya, y lo más importante es compartirlo con los amigos/as. Si no se comparte, el mate no es nada. Pero esto era antes de la pandemia de Covid-19.

El mate, herramienta de integración y amistad

La yerba mate es la planta con la que se prepara el mate. Se la encuentra en los grandes supermercados empaquetada con diferentes marcas.

De origen guaraní (pueblo originario de América Latina), el mate ha conquistado casi toda América del Sur y la yerba mete se importa con facilidad a Europa. Es una planta que se cultiva en Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina, sobre todo. En su estado natural, aparece en los bordes de los ríos de las regiones montañosas. Se le atribuyen muchas virtudes, a saber, en la lucha contra la fatiga, la pérdida de peso, entre otras.

Para mí, la mayor de sus virtudes es el compartir, la amabilidad y la amistad. En las márgenes del Río de la Plata, el río que separa Uruguay de Argentina, lo probé. Sepan que en Uruguay, cuando te invitan a compartirlo, es que te están dando consideración y afecto.

No es raro que aún en reuniones o seminarios internacionales, vean a un uruguayo con su equipo de mate. Y a menudo, entre dos sesiones, le verán chupar la bombilla.

El pueblo uruguayo es un pueblo muy afectuoso, y lo demuestra a través del compartir de esta tradición.

El Covid-19, un golpe duro para el mate

Desde que se iniciaron las medidas de protección sanitaria contra el Covid-19, he estado pensando en mis amigos uruguayos y en el mate. Y justamente, el gobierno uruguayo ha estado firme, y ha formalmente invitado a sus ciudadanos a no compartir el mate. La decisión ha sido difícil de aceptar para muchos, pero la razón ha prevalecido. Es cierto que todavía quedan algunos recalcitrantes, pero la medida está siendo aplicada.

Muchos prefieren conformarse con el café, pues para ellos el mate no se puede tomar solo. Les transcribo aquí las palabras de mi amiga Milka. En ellas se siente la amargura y la nostalgia de los momentos de convivencia que crea este té tan particular.

Con el virus, cada uno con su mate… pero eso no es natural! No podemos encontrarnos con los amigos, o la familia… Entonces, ¿para qué sirve el mate? Si no se puede compartir, para mí el mate no tiene sentido”.

Deseamos con mucha fuerza que la pandemia cese, para que el mate pueda retomar su lugar. Pero mientras esperamos, adoptemos las medidas de seguridad.

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